La adopción de la tecnología LED en la iluminación de los automóviles ha sido una de las evoluciones más notables en la industria automotriz reciente. Prometiendo mayor eficiencia energética, una vida útil más larga y, sobre todo, una capacidad de iluminación superior a las antiguas lámparas halógenas, las LED se han convertido rápidamente en el estándar de facto en muchos vehículos nuevos. Sin embargo, esta mejora en la visibilidad, para quien conduce, no está exenta de consecuencias para los demás usuarios de la calle.

Un tema que ha generado creciente preocupación y sobre el cual el Real Club de Automovilistas de los Países Bajos, el ANWB, ha sido una voz destacada.

El principal foco de atención del ANWB y otras organizaciones de seguridad vial europeas es el fenómeno del encandilado (conocido como verblinding en neerlandés). Numerosos conductores han reportado sentirse cegados momentáneamente por la intensidad de los faros LED de los vehículos que se aproximan en sentido contrario o incluso a través de los espejos retrovisores por los coches que circulan detrás. Esta experiencia no es solo incómoda, sino que representa un riesgo tangible para la seguridad vial. Perder la visión del camino, aunque sea por una fracción de segundo, puede tener consecuencias graves, dificultando la detección de peatones, ciclistas, obstáculos o las propias marcas viales.

El ANWB ha investigado esta problemática y señala que, si bien la potencia lumínica intrínseca de los LED es un factor clave, no es el único culpable.

Un aspecto crucial, y a menudo subestimado, es el correcto ajuste y alineación de los faros. Unos faros LED, incluso los de potencia moderada, que estén mal regulados y apunten demasiado alto, proyectarán su haz de luz directamente a los ojos de otros conductores, en lugar de enfocar la carretera. El mantenimiento adecuado y la verificación periódica de la alineación de los faros son, por tanto, fundamentales, pero no siempre se realizan con la diligencia necesaria

luces led encandilan 2

Además, el diseño actual de los vehículos también influye. La creciente popularidad de los SUV y otros vehículos de mayor altura significa que sus faros están montados en una posición más elevada en comparación con los turismos tradicionales. Esto incrementa la probabilidad de que su luz incida directamente sobre los conductores de vehículos más bajos, exacerbando el problema del deslumbramiento.

Otro elemento que se debate es la temperatura de color de la luz emitida por los LED.

Muchos sistemas LED producen una luz más blanca o incluso azulada, en contraste con el tono más cálido y amarillento de las halógenas. Hay estudios que sugieren que esta luz de alta temperatura de color puede dispersarse más fácilmente dentro del ojo humano y ser percibida como más molesta o deslumbrante, especialmente en condiciones de baja luminosidad o clima adverso como lluvia o niebla.

Frente a esta situación, el ANWB no aboga por eliminar la tecnología LED, cuyos beneficios en términos de visibilidad para el propio conductor son innegables. En cambio, insta a la industria automotriz y a los organismos reguladores a tomar medidas más contundentes. Piden una regulación más estricta sobre la intensidad máxima permitida, las características del haz de luz (asegurando cortes más suaves para evitar cambios bruscos de iluminación) y, fundamentalmente, la implementación obligatoria y efectiva de sistemas de nivelación automática que ajusten la altura del faro según la carga del vehículo o las condiciones de la carretera.

También se exploran tecnologías más avanzadas como los faros matriciales o adaptativos, que pueden “recortar” parte del haz de luz para no deslumbrar a otros vehículos, aunque su implementación aún no es universal y su coste es elevado.

 

Share.
Leave A Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.