Estamos ante el regreso de un nombre legendario en el mundo automotor, pero no mirando al futuro con diseños afilados y tecnología abrumadora, sino haciendo una reverencia profunda a una época dorada, la de los gloriosos años 60.
Su diseño es una verdadera obra de arte rodante. Inspirado directamente en el prototipo De Tomaso P70 y en los deportivos de resistencia de esa década, el P72 seduce con sus curvas fluidas, sus pasos de rueda voluptuosos y una silueta que parece esculpida por el viento. Es un auto que no grita, susurra elegancia y velocidad atemporal. Verlo es como abrir una cápsula del tiempo y encontrarse con una belleza que no pasa de moda.
Pero el P72 no es solo una cara bonita. Bajo esa piel de fibra de carbono se esconde una ingeniería moderna. Lo impulsa un potente motor V8 supercargado, con raíces americanas pero puesto a punto para entregar una potencia cercana a los 700 caballos. Y en una era dominada por las cajas automáticas rapidísimas, el De Tomaso P72 se atreve a ofrecer una caja de cambios manual de seis velocidades, una declaración de intenciones para los puristas que aman sentir la conexión mecánica con la máquina. Por dentro, la cabina es un festín de detalles artesanales, metal pulido y relojes analógicos; deliberadamente libre de grandes pantallas táctiles, enfocándose en la experiencia pura de conducir.

Este superdeportivo es también sinónimo de exclusividad total. Solo se fabricarán 72 unidades para todo el mundo, lo que lo convierte en una pieza de colección instantánea. Después de ser presentado como concepto hace unos años, la espera terminó: la producción de estas joyas artesanales comenzó hace poco, a finales de 2024 y principios de 2025, en unas instalaciones especializadas cerca del legendario circuito de Nürburgring en Alemania. Las primeras entregas a sus afortunados propietarios están programadas para finales de este mismo año, y la fabricación de las unidades restantes se extenderá a lo largo de 2026 y más allá.
El De Tomaso P72 es, en esencia, un puente entre el pasado glorioso y la ingeniería moderna, envuelto en una forma increíblemente bella. Es un auto para quienes valoran la historia, el diseño exquisito y una experiencia de conducción pura y sin filtros. Una máquina de ensueño que, finalmente, ha pasado del concepto a la realidad rodante.

El alma del De Tomaso P72 es un motor V8 de 5.0 litros con supercargador. Este impulsor tiene raíces americanas (sí, manteniendo esa tradición de De Tomaso de mezclar la pasión italiana con la potencia de Detroit), pero fue puesto a punto y modificado específicamente para este auto. Gracias al supercargador (que es como un “turbo” pero que funciona distinto y entrega potencia de forma más lineal desde abajo), este V8 es capaz de generar una potencia impresionante: se habla de alrededor de 700 caballos de fuerza. También se menciona que tiene un torque (esa fuerza bruta para empujar) considerable, aunque las cifras exactas pueden variar ligeramente según la fuente y la configuración final.
Toda esa potencia se envía exclusivamente a las ruedas traseras, como buen deportivo clásico. Y acá viene uno de los puntos más celebrados por los entusiastas: el P72 usa una caja de cambios manual de 6 velocidades. En un mundo donde casi todos los autos de este nivel son automáticos con levas al volante, De Tomaso apuesta por la conexión directa entre el conductor y la máquina, haciendo que el acto de cambiar de marcha sea parte fundamental de la experiencia.
En cuanto a las prestaciones puras (es decir, qué tan rápido acelera de 0 a 100 km/h, velocidad máxima, etc.), El De Tomaso P72 alcanza una velocidad máxima de 356 km/h (221 mph). El coche puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2.7 segundos. El motor produce 700 CV (690 HP; 515 kW) y 825 Nm de par. No te esperes que sea lento, ni mucho menos. Está diseñado para ofrecer una experiencia de conducción emocionante y capaz de rendir en pista, aunque su filosofía apunte más al placer de sentir el auto que a romper récords de aceleración en recta.