Los autos clásicos despiertan pasiones, pero no siempre son cómodos ni seguros para usarlos todos los días. En esta nota te contamos qué es un restomod, en qué se diferencia de una restauración tradicional y por qué se volvió tan popular entre los fanáticos del mundo motor.
El automóvil se encuentra en un estado perpetuo de transformación, experimentando cambios tanto morfológicos como genéticos a lo largo del tiempo y las generaciones. Ésta es la teoría de la evolución.
Singer, Totem Automobili, Redux Leichtbau, Nardone, Ring Brothers, Kimera y Gunther Werks son artesanos de esta forma de progreso y aplican este precepto de mutación al automóvil. El neologismo creado por la fusión de “restauración” y “modificación”…“restomod” es una combinación fascinante del encanto atemporal de las líneas clásicas y la interpretación moderna. El lema del legendario superviviente Bear Grylls es quizás el más apropiado para definir este movimiento: “Improvisar, adaptarse, superar”.
Restomod se ha convertido en una tendencia importante en la industria automotriz en los últimos años, y los modelos más emblemáticos se han reimaginado para adaptarse a nuestro complejo entorno contemporáneo. Desde el fantástico Alfa Romeo Giulia hasta la indispensable Clase G, hay algo para todos.
Qué significa restomod
La palabra restomod viene de combinar restoration (restauración) y modern (moderno).
La idea es simple: tomar un auto clásico y:
- Mantener su estética y espíritu original.
- Actualizar su mecánica, seguridad y confort con tecnología moderna. Un restomod no busca hacer un “tuning extremo” ni transformar el auto en algo irreconocible
. La clave está en respetar la esencia del modelo, pero hacerlo más usable, confiable y disfrutable en el día a día. En una restauración clásica, el objetivo es dejar el auto lo más parecido posible a como salió de fábrica.
La creciente popularidad de estos coches neorretro es el resultado de una combinación perfecta de nostalgia y tecnología. Pero ¿no reside el alma de un coche clásico en la emoción y la excitación constante de nuestros sentidos? Poner nuevamente en marcha a un Audi 100 o un BMW E36 es enamorarse de por vida de un olor inimitable que nos lleva directamente a los años 80 y 90. Una cápsula del tiempo sensorial que nada nuevo puede reemplazar.
Conducir por placer también significa afrontar las deficiencias de la máquina, domesticándolas hasta el punto de una satisfacción indescriptible. Manjar en un clásico es una habilidad. Ese bendito momento, cuchillo entre dientes, en el que el más mínimo exceso de confianza conduce directamente a un trágico bloqueo diferencial. Son obligatorios el tacón al acelerador y el doble embrague. El hombre y la máquina en su máxima expresión.
Sobre el papel, el objetivo final de un restomod es ofrecer una experiencia de conducción inigualable. El rendimiento suele ser muy superior al del modelo original, pero a veces demasiado puede ser enemigo del bien.

Sin embargo, estos cyborgs de carretera permiten a los amantes de las hermosas líneas vivir su pasión mientras disfrutan de los beneficios de la tecnología de vanguardia. Ya sea para la carretera o para la pista, los coches restomod encarnan lo mejor de ambos mundos y ofrecen una combinación armoniosa de nostalgia e innovación.
Se adaptan a un entorno vial moderno, con estándares de seguridad más estrictos y estándares cambiantes de confort y rendimiento. No podés evitar admirar el inmenso esfuerzo de ingeniería y la atención al detalle que implica cada proyecto.
Viajar en un restomod es una declaración de amor al auto. A lo que representa; a una estética pura y atemporal. Es el deseo de montar de manera diferente y ser uno de los últimos mohicanos.
Así como las especies evolucionan para adaptarse a su entorno, los autos clásicos evolucionan para sobrevivir a las estrictas regulaciones medioambientales actuales. Esta fusión perfecta de pasado y presente no es sólo un « Madeleine de Proust », sino quizás el automóvil por excelencia. Un futuro brillante, un soplo de aire fresco inesperado en este océano de baterías de plástico y SUV sombríos, para aquellos como nosotros: los apasionados por las hermosas máquinas.
Si los restomods pueden mantener viva la época dorada del diseño, no podremos evitar adoptar esta nueva visión mecánica.
Ejemplos? de sobra..

Frontline Cars, con sede en Abingdon, Oxfordshire —a pocos kilómetros de la antigua fábrica de MG— ha creado lo que muchos consideran el MGB definitivo: el LE60. Este restomod celebra tres décadas de experiencia de la compañía y el 60 aniversario del legendario MGB, transformando un clásico británico en una máquina capaz de rivalizar con deportivos modernos.
El Corazón: Un V8 Rover Reinventado
El alma del LE60 es un espectacular motor V8 de 4.8 litros derivado del clásico Rover V8 (originalmente un diseño Buick). Sin embargo, Frontline lo ha reconstruido completamente:
- Potencia: 375 CV a 6,300 rpm
- Torque: 317 lb-ft (297 lb-ft según algunas fuentes)
- Componentes: Pistones forjados, bielas nuevas, árbol de levas roller, cigüeñal de acero, culatas muy trabajadas
- Gestión: Sistema electrónico con acelerador drive-by-wire
- Pieza maestra: Plenum de admisión diseñado por Frontline, mecanizado desde aluminio sólido en una máquina CNC de 7 ejes durante una semana completa
El motor produce casi tres veces la potencia del MGB original y se corona con una obra de arte de ingeniería que es tanto funcional como visualmente espectacular.
Prestaciones Impresionantes: Del Clásico al Superdeportivo
La transformación del MGB original al LE60 representa un salto cuántico en rendimiento. El MGB clásico de 1962-1980 equipaba un modesto motor de cuatro cilindros de 1.8 litros que producía apenas 95 caballos de fuerza inicialmente, cifra que bajó a 85 CV en las versiones tardías debido a regulaciones de emisiones. Con un peso de entre 920 y 1,060 kilogramos según la versión, el MGB original alcanzaba los 100 km/h en aproximadamente 12 segundos y su velocidad máxima rondaba los 166 km/h. Su relación potencia/peso se situaba alrededor de 10 kilogramos por cada caballo de fuerza.
El Frontline LE60 reescribe completamente esta ecuación. Con su V8 de 4.8 litros generando 375 caballos de fuerza, el restomod británico alcanza los 100 km/h desde parado en apenas 4.0 segundos, lo que significa una aceleración tres veces más rápida que el original. La velocidad máxima se dispara hasta los 273 km/h, un 65% más rápida que el MGB clásico. Pero quizás la cifra más reveladora es su relación potencia/peso de 2.99 kilogramos por caballo, lo que representa una mejora del 334% respecto al original. Con un peso en seco de solo 1,122 kilogramos, el LE60 ofrece números dignos de un superdeportivo contemporáneo.
La relación potencia/peso es la métrica clave que define el verdadero rendimiento de un deportivo, calculada dividiendo el peso total entre la potencia disponible. El LE60 alcanza 2.99 kg/CV, mientras que el legendario Porsche 992 GT3 RS se sitúa en 2.76 kg/CV. Estamos hablando de que ambos autos están prácticamente en el mismo territorio de rendimiento, a pesar de que el Porsche cuesta más de 230,000 dólares y representa décadas de desarrollo en túneles de viento con tecnología derivada directamente de la Fórmula 1. Para poner esto en perspectiva, un Ferrari 488 Pista tiene una relación de aproximadamente 2.6 kg/CV, mientras que un McLaren 765LT alcanza los 2.4 kg/CV, y un Porsche 911 Carrera S estándar se queda en unos 3.3 kg/CV.
La verdadera magia del LE60 reside en cómo logra mantener un peso tan contenido a pesar de añadir un V8 completo y toda la estructura reforzada necesaria para manejarlo. Solo aumenta el peso en unos 200 kilogramos respecto al MGB original, una hazaña lograda mediante el uso de un shell de acero moderno más liviano de British Motor Heritage, la ausencia total de sistemas pesados típicos de autos modernos como múltiples airbags, sistemas ABS complejos y pantallas táctiles, y una ingeniería meticulosa en cada componente. El V8 de aluminio Rover, heredero del clásico diseño Buick, es relativamente ligero para un motor de ocho cilindros, pesando alrededor de 140 kilogramos completo.
La aceleración de 0-100 km/h en 4.0 segundos coloca al LE60 en el mismo territorio que un Porsche 911 Turbo (no S), un Chevrolet Corvette Z06 o un Ferrari F430. Para un auto basado en un diseño de 1962, esto es simplemente extraordinario. Lograr estos números sin sistemas de lanzamiento computarizados, sin control de tracción avanzado y sin las ayudas electrónicas masivas de los superdeportivos modernos habla del talento puro de ingeniería detrás del proyecto.
Alcanzar 273 km/h con una carrocería diseñada en los años sesenta, cuando los autos raramente superaban los 160 km/h, es quizás el logro más impresionante. Esto requiere estabilidad aerodinámica excepcional lograda mediante el sutil ensanchamiento de la carrocería, potencia sostenida en altas revoluciones sin que el motor se ahogue, sistemas de refrigeración capaces de manejar el estrés térmico prolongado, y la confianza absoluta del conductor en que la estructura y suspensión mantendrán el auto plantado en el asfalto a esas velocidades.

Cuando se compara con la competencia moderna, el LE60 sostiene su posición admirablemente. El Porsche GT3 RS 992 tiene 525 CV y pesa 1,450 kg (relación de 2.76 kg/CV) con una aceleración de 3.2 segundos y máxima de 296 km/h. El Alpine A110 S genera 292 CV con un peso de 1,114 kg (3.82 kg/CV) acelerando en 4.2 segundos hasta una máxima de 275 km/h. El Lotus Emira V6 produce 400 CV pesando 1,405 kg (3.51 kg/CV) con 4.3 segundos al 100 y máxima de 290 km/h. El LE60 compite cara a cara con estos deportivos puros modernos, muchos de los cuales cuestan el doble o triple de su precio de 223,000 dólares.
Chasis y Suspensión: Ingeniería de Competición
Frontline ha reimaginado completamente la estructura del MGB:
Carrocería
- Shell nueva de British Motor Heritage en acero prensado
- Costuras soldadas según especificaciones FIA
- Ausencia de parachoques (elimina puntos débiles)
- Anchura: 15 cm más ancha al frente, 25 cm más ancha atrás
- Guardabarros ensanchados sutilmente, evitando el look “Sebring” de carreras
Suspensión
- Amortiguadores Nitron ajustables tipo coilover especialmente desarrollados
- Suspensión trasera de 6 links para mejor control del eje vivo
- Geometría delantera rediseñada
- Centro de balanceo drásticamente reducido
- Barras estabilizadoras ajustables
Frenos y Transmisión
- Discos de 310mm (los más grandes jamás montados en un MGB)
- Pinzas de 6 pistones delanteras, 4 pistones traseras en aluminio
- Caja manual Tremec de 5 velocidades con internos Frontline
- Diferencial autoblocante Quaife
- Dirección asistida ajustable
Ruedas y Neumáticos
- Llantas de aleación estilo Dunlop de 16″
- Neumáticos Michelin: 215 adelante, 225 atrás
- Track ensanchado para mejor estabilidad
Interior: Lujo Artesanal
El habitáculo del LE60 es una obra maestra de artesanía:
- Asientos “Aluminum Tub” de respaldo bajo, individualmente ajustados a cada cliente (y su copiloto si lo desea)
- Cuero de poro abierto de calidad excepcional
- Instrumentación Smiths con marca Frontline
- Sistema de audio JL Audio con Bluetooth integrado discretamente
- Sin pantallas táctiles ni plásticos a la vista
- Elevalunas eléctricos reutilizando los mandos manuales originales como pulsadores
- Acabados hechos a mano en las instalaciones de Frontline
El Proceso de Construcción
Cada LE60 requiere entre 2,500 y 3,000 horas de trabajo meticuloso:
- Shell nueva de British Motor Heritage (opcional: shell del cliente)
- Soldadura de todas las costuras para máxima rigidez
- Ajuste perfecto de huecos de puertas, capó y maletero
- Instalación del tren motriz V8 completo
- Acabado interior artesanal personalizado
- Ajuste y calibración de suspensión y frenos




Tim Fenna, fundador e ingeniero jefe, comenzó en 1991 desarrollando piezas de competición para MG clásicos tras frustrarse con las cajas de cambios originales poco fiables. La empresa evolucionó desde hacer kits de mejora hasta construir restomods completos.
Su ubicación en las antiguas instalaciones del equipo de Fórmula 1 Benetton proporciona el espacio y ambiente perfectos para este trabajo de precisión.



