¡Ah, el Renault Sport Spider! La obra maestra que Renault, en un ataque de… ¿genialidad? ¿aburrimiento extremo?, decidió que el mundo necesitaba desesperadamente a mediados de los 90.

Así nació esta joya biplaza. Tomaron el motor de un Clio Williams (sí, el compacto que usaba tu vecino para ir al supermercado, pero ¡ojo!, con 150 caballitos rabiosos) y lo metieron en un chasis de aluminio que parecía diseñado por alguien que acababa de descubrir los triángulos en la clase de geometría. Luego, lo vistieron con una carrocería de plástico, porque el metal es tan convencional.

Renault Sport desarrolló una barquetta de competición con matrícula allá por mediados de los 90. El objetivo era crear un vehículo divertido al máximo, con un peso pluma y barato de comprar y mantener. Bajo el capó contaba con el pequeño motor de 150 CV del Clio Williams que te dije, pero que gracia a los 930 kilos de peso le permitía volar sobre el asfalto. Las prestaciones eran bastante decentes, con una aceleración de cero a cien en solo 6,9 segundos. En 1996 eran unas prestaciones muy serias. Medía apenas 3,79 metros de largo por apenas 1,25 metros de alto. Es un deportivo pequeño, con un chasis de aluminio y una carrocería de plástico con líneas bastante sugerentes.

Renault Sport Spider

Solo se fabricaron 1.635 unidades y la mayoría contaba con la mítica combinación de color amarilla y negra, con unas llantas también de diseño espectacular, bastante llamativas.

Y no olvidemos las puertas. ¡Puertas de tijera! ¡Como en un Lamborghini! Porque, claro, en un auto de 150 CV y estética de juguete futurista, lo que realmente necesitabas era un sistema de apertura de puertas dramático e incómodo, perfecto para llamar la atención en el estacionamiento del Carrefour y para asegurarte de que solo podías estacionar donde hubiera espacio de sobra….por arriba. ¡Puro sentido práctico!

Renault Sport Spider

El interior, como ves, seguía el mismo concepto de sencillez de todo el vehículo. Pero no se olvidaba de la deportividad. Por ello montaba unos asientos tipo bacquet, pedales y pomo del cambio de aluminio y volante ergonómico de Momo.  Y la nota curiosa y avanzada para la época es que los pedales, así como el asiento del conductor eran ajustables longitudinalmente para permitir al piloto lograr una mejor posición de conducción.

Construido en la planta alpina en Dieppe,  se ofreció a la venta en 1996, el automóvil obtuvo un parabrisas y un techo vestigial que se flagelaría hasta el olvido a más de 80 km/h.

Solo se construyeron 100 con el volante a la derecha, con una selección de cuerpos amarillos o azules. Era mecánicamente resistente.

No hay dirección asistida, ni ABS, ni servos en absoluto ni aire acondiconado, que contribuya a subir el peso a esos 930 kg. Dado que un Clio Williams pesaba 981 kg, en realidad no significaba un gran ahorro y gran parte de eso se debe a la gran circunferencia de la estructura de aluminio.

Hay una historia de desarrollo que afirma que cuando uno de los ejecutivos de Renault veía el chasis desnudo no podía creer que algo de ese tamaño era el chasis…

Renault Sport Spider

Lo curioso es que, por el diseño del auto, con las ruedas muy en los extremos, iba montado en posición delantera/central, es decir, por detrás del eje anterior, y dispuesto transversalmente, con lo que se lograba un mejor reparto de pesos y se favorecía así una mejor respuesta dinámica.

Otros detalles técnicos que hablan de lo ambicioso que fue este proyecto es que sus suspensiones se tomaron prestadas directamente de los monoplazas que Renault Sport utilizaba en competición y su sistema de frenos era el mismo del Alpine A610 Turbo, que ya se había dejado de fabricar.

El Spider fue el primer automóvil de calle que incluía en su nomenclatura el nombre de Renault Sport. Y esto es algo que como ha quedado comprobado, se ha mantenido en el tiempo, ya que los franceses han utilizado posteriormente las siglas RS para todos sus modelos deportivos desarrollados por la división Renault Sport.

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