En el exclusivo universo de los autos que trascienden el mero transporte para convertirse en obras de arte sobre ruedas, el Bugatti Type 57 SC Atlantic ocupa un lugar privilegiado. No es solo un modelo; es una leyenda, un testimonio de la audacia y la visión de una época dorada del automovilismo. 

Su historia se entrelaza con la del genio Jean Bugatti, hijo del fundador Ettore, quien no solo diseñó este bólido, sino que le imprimió su propio espíritu vanguardista.

La concepción del Atlantic se remonta a mediados de la década de 1930, una era donde la aerodinámica comenzaba a ser una obsesión, pero el estilo seguía siendo rey. Jean Bugatti se inspiró en el prototipo “Aérolithe” (también conocido como el “Elektron Coupé”), un vehículo experimental construido con una aleación de magnesio y aluminio llamada “Elektron”, que era tan ligera como inflamable. Debido a la imposibilidad de soldar este material, los paneles de la carrocería debían ser remachados, lo que dio origen a la icónica costura dorsal que recorre el Atlantic desde el capó hasta la cola. Aunque las versiones de producción del Atlantic se fabricaron en aluminio (que sí se podía soldar), Jean decidió mantener esa costura característica, transformando una limitación técnica en una firma estética inconfundible y elegante.

Bugatti Type 57 SC

Este impresionante coupé biplaza no era solo belleza. Bajo su espectacular carrocería latía un potente motor de ocho cilindros en línea de 3.3 litros, con doble árbol de levas a la cabeza, que en la versión “SC” (Supercharged, con compresor) alcanzaba los 200 caballos de fuerza. Esto, combinado con su construcción ligera, le permitía superar holgadamente los 200 km/h, una velocidad asombrosa para su tiempo. El Atlantic era una máquina de lujo y performance, un verdadero gran turismo que fusionaba el arte con la ingeniería más avanzada.

Este fue un modelo mucho más especial, con una carrocería muy exótica. Su capó era extremadamente largo para un coche con una longitud total de 3,70 metros y la trasera, en la que se podían ver seis salidas de escape (un rasgo que se mantiene en el coche más caro del mundo), se extendía con forma oval casi hasta el suelo. Si te fijas comprobarás que también la aleta central que recorría toda la carrocería de adelante a atrás se ha mantenido en ‘La Voiture Noire’.

Mientras que el Bugatti ‘La Voiture Noire’ toma como base el Bugatti Chiron, el Type 57 SC Atlantic fue desarrollado a partir del Aérolithe Prototype, también conocido como Coupé Aero. Y para este modelo, que llevaba el número de chasis 57 104, Jean Bugatti usó Elektron para la carrocería, directamente tomado de la aviación. El Elektron es una aleación fabricada en un 90% de magnesio y un 10% de aluminio, un material muy ligero y fuerte pero… muy difícil de trabajar. De hecho, no puede ser soldado y es por eso que Bugatti remachó todas las partes del coche juntas, creando una costura dorsal que mantuvo en el modelo de producción, a pesar de que para este en particular se utilizó aluminio. 

Pero más allá de sus especificaciones técnicas y su innegable belleza, la mística del Type 57 SC Atlantic reside también en su extrema rareza. Solo se construyeron cuatro unidades entre 1936 y 1938, cada una con características únicas y una historia propia.

  1. La primera unidad, el chasis #57374, conocida como “Aéro Coupé”, fue entregada a Victor Rothschild. Actualmente, tras varias restauraciones y cambios de dueño, se cree que es el famoso auto que ganó el premio “Best of Show” en Pebble Beach y que actualmente está en una colección privada en Estados Unidos.

  2. La segunda unidad, el chasis #57453, fue el “La Voiture Noire” original, el coche personal de Jean Bugatti. Este es el automóvil que alimenta el mayor misterio en la historia de Bugatti. Desapareció sin dejar rastro justo antes de la Segunda Guerra Mundial, y su paradero sigue siendo desconocido hasta el día de hoy, alimentando innumerables teorías y la esperanza de su reaparición. Se cree que es la joya perdida del automovilismo, valorada en más de cien millones de dólares.

  3. La tercera unidad, el chasis #57473, fue fabricada para el corredor británico R.B. Pope y es el único Type 57 SC Atlantic que conserva su motor original. Su carrocería fue modificada tras un accidente en 1955, pero luego fue restaurada a su forma original.

  4. La cuarta unidad, el chasis #57591, fue la última en construirse y es probablemente la más conocida, ya que ha sido propiedad de figuras ilustres como el diseñador Ralph Lauren. Es la que más aparece en exhibiciones y fotos, mostrando su impecable estado y su asombroso diseño.

Bugatti Type 57 SC

No nos hemos olvidado del segundo Bugatti Type 57SC Atlantic, el producido en 1937 en color negro y conocido como “La Voiture Noire”. Este era el coche personal de Jean Bugatti, un vehículo de exhibición que jamás llegó a estar registrado a nombre de un propietario privado y que es el único del que se desconoce su paradero. De hecho, lleva desaparecido unos 80 años.

El coche fue entregado como regalo al piloto Robert Benois en 1937 por ganar las 24 Horas de Le Mans, aunque lo acabaría devolviendo a la fábrica. El fallecimiento de Jean y el estallido de la Guerra acabaron por provocar su desaparición.

En la actualidad se desconoce qué fue del segundo Type 57SC Atlantic. Hay quienes aseguran que lo mandaron lejos de la zona de guerra para salvaguardarlo y otros afirman que fue destruido tras la invasión Nazi. 

Sea como fuere, si finalmente aparece, se estima que tendrá un valor de unos 120 millones de euros, el coche de producción más caro del mundo.

Que pasó entonces con el “Voiture Noire?

Lo que sí se sabe con certeza es que el chasis #57453, conocido como “La Voiture Noire”, era el Bugatti Type 57 SC Atlantic de uso personal de Jean Bugatti. Jean no solo era el hijo del fundador Ettore, sino también el genio diseñador detrás de las líneas vanguardistas del Atlantic. Se dice que usaba este coche para desplazarse entre la fábrica de Molsheim y París, y para probar personalmente las innovaciones que luego aplicarían a los modelos de producción. Era su “test-bed” rodante, y su fiel compañero.

La última vez que se le vio de forma verificable fue en la planta de Molsheim, Francia, en 1940, justo cuando la sombra de la Segunda Guerra Mundial se cernía sobre Europa. Con la inminente invasión nazi de Francia, la estrategia de Bugatti (como la de muchas otras empresas valiosas) fue intentar trasladar sus bienes más preciados y la maquinaria de la fábrica a un lugar seguro en el sur, lejos del avance alemán.

La teoría más aceptada y documentada (aunque no confirmada al 100% el destino final) es que “La Voiture Noire” fue cargada en un vagón de tren con destino a Burdeos, en el sur de Francia, junto con otras piezas y activos valiosos de la fábrica. El objetivo era protegerlo de ser confiscado o destruido por las fuerzas invasoras.

Qué Pasó Realmente con el “Voiture Noire”?

A partir de ese punto, el rastro se vuelve borroso y comienza la especulación, alimentada por la escasez de registros detallados debido al caos de la guerra:

  1. Destrucción en Tránsito: Esta es una de las teorías más plausibles.

    • Bombardeo/Ataque: El tren podría haber sido atacado o bombardeado por fuerzas aéreas o de artillería alemanas o aliadas (por error). Durante la guerra, los movimientos de trenes eran objetivos militares. Si el vagón que transportaba el Atlantic fue impactado, el coche podría haber quedado pulverizado o reducido a chatarra irreconocible. No habría quedado rastro significativo.
    • Accidente de Tren: El tren pudo haber sufrido un descarrilamiento o un accidente en las vías en el caos de la evacuación, y los restos del Bugatti simplemente quedaron sepultados o desmantelados en el lugar del siniestro.
    • Desmantelamiento “preventivo”: Algunos especulan que, ante la imposibilidad de moverlo o la amenaza inminente, el personal de Bugatti pudo haber desmantelado el coche y enterrado sus piezas para evitar que cayeran en manos enemigas, con la intención de recuperarlo después de la guerra. Si esto ocurrió, el secreto murió con quienes lo hicieron, o la guerra impidió que las piezas volvieran a unirse.
  2. Robo o Saqueo:

    • Por los nazis: Los alemanes tenían un gran interés en la tecnología y los bienes de alto valor. Es posible que el tren fuera interceptado por las fuerzas nazis o colaboradores, y que el coche fuera incautado. Sin embargo, no hay registros conocidos de un Bugatti de ese tipo en colecciones alemanas de la época de la guerra o posguerra. Si fue confiscado, pudo haber sido usado, desmantelado o destruido más tarde.
    • Por oportunistas: En el caos de la guerra, muchos bienes fueron saqueados o robados. Si el tren fue abandonado o detenido, alguien pudo haberlo descubierto y llevado, vendiéndolo o desarmándolo para obtener beneficio.
  3. Escondido en una Colección Privada y Secreta: Esta es la teoría más romántica y la que más alimenta la imaginación de los coleccionistas. Se especula que, de alguna manera, el coche pudo haber llegado a manos de un particular, un coleccionista extremadamente reservado o un individuo que lo ocultó durante décadas, quizás temiendo las implicaciones legales de su posesión (si fue adquirido de forma irregular) o simplemente disfrutando de tener la pieza más valiosa y secreta del automovilismo. Cada tanto, surgen rumores de que “alguien” sabe dónde está, o que ha sido visto en un garaje remoto, pero nunca hay pruebas verificables. Es el “santo grial” que todos sueñan con encontrar.

  4. Desmantelamiento para Venta de Partes: Menos probable para un coche tan único. Si bien algunas piezas valiosas podrían haberse vendido, la carrocería completa y el chasis habrían sido imposibles de ocultar o “normalizar”. No tiene sentido desarmar una obra de arte así, a menos que la destrucción fuera inminente y la venta de partes la única forma de “salvar” algo.

Cuánto valdría hoy “La Voiture Noire”?

Si bien no existe una recompensa formal y pública ofrecida por Bugatti (la marca actual bajo Volkswagen) o por alguna entidad específica por la recuperación de “La Voiture Noire” en el sentido de un premio monetario anunciado. La “recompensa” principal y más grande es el propio valor del vehículo.

Si este Bugatti Type 57 SC Atlantic con el chasis #57453 apareciera hoy y pudiera ser autentificado, su valor de mercado se estima que superaría con creces los 100 millones de dólares, y podría convertirse en el automóvil más caro jamás vendido, incluso por encima de otros clásicos que han roto récords. Su autenticidad como el coche personal de Jean Bugatti y su historia de desaparición le otorgan un estatus mítico que lo hace incalculable.

Por lo tanto, la “recompensa” para quien lo encuentre o para quien lo haya estado ocultando sería la posesión de una pieza de historia automotriz de valor incalculable. La fama, el prestigio y el asombro que generaría su reaparición serían incomparables.

El Legado del Misterio:

La desaparición de “La Voiture Noire” es más que la pérdida de un coche; es la pérdida de una parte tangible de la historia de Bugatti y del automovilismo. El misterio perdura, alimentando documentales, libros y la imaginación de entusiastas. Cada pieza encontrada, cada viejo documento, es analizado con la esperanza de que, algún día, la leyenda se convierta en realidad y el “Coche Negro” finalmente revele su secreto y reaparezca de las sombras del pasado. Hasta entonces, seguirá siendo el fantasma más valioso y buscado del mundo automotor.

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