Imagínate los años 80, una época de música pegadiza, hombreras enormes y series de televisión que te enganchaban al instante. En medio de todo ese furor, apareció un detective privado llamado Thomas Magnum, interpretado por el carismático Tom Selleck, que vivía la vida en una lujosa propiedad en Hawái. Pero Magnum no estaba solo; tenía un compañero de aventuras muy especial: un Ferrari 308 GTS rojo brillante que se llevaba todas las miradas.

La verdad es que al principio, los productores de la serie tenían otra marca en mente: querían que Magnum condujera un Porsche 911. Pero a veces las cosas no salen como uno espera, y en este caso, el destino quiso que Ferrari ofreciera un acuerdo para que el 308 GTS se convirtiera en el auto estrella….y la verdad que la pegaron!

El modelo que realmente se hizo famoso en la serie fue el 308 GTSi. La “i” al final era la clave, porque significaba que en lugar de los clásicos carburadores, este Ferrari tenía inyección electrónica de combustible. Esto era importante para que el auto cumpliera con las normas de contaminación de Estados Unidos. Pensa que era como pasar de un sistema más “analógico” a uno más “digital” para que el motor funcionara mejor y contaminara menos.

Ahora, imagínate a Tom Selleck, un tipo bastante alto, intentando meterse en los asientos deportivos originales del Ferrari. Pues bien, para que estuviera más cómodo durante el rodaje, los autos que usaban en la serie fueron modificados. Les pusieron asientos un poco más grandes para que Magnum pudiera perseguir a los malos y conquistar Hawái con más espacio para sus largas piernas.

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El color rojo del Ferrari, conocido como Rosso Corsa, era como una llamarada en los paisajes verdes y azules de Hawái. Cada vez que Magnum salía a toda velocidad por las carreteras costeras, el coche se convertía en un símbolo de su estilo de vida despreocupado y lleno de acción. No era solo un medio de transporte, era una extensión de su personalidad, un toque de elegancia y potencia que lo hacía aún más cool.

Pensá que antes, Ferrari tenía una gama más alta y exclusiva, pero con el 308 querían llegar a un público un poco más amplio, aunque “amplio” en el mundo de Ferrari sigue significando algo muy especial. El 308 vino a reemplazar al Dino 246, otro deportivo con motor central, y se ofrecía en dos versiones principales: el GTB, que era un coupé de techo rígido, y el GTS, que es el que conocemos por “Magnum, P.I.” y que tenía ese techo desmontable tipo “targa”, lo que le daba un toque descapotable pero con más seguridad.

El diseño del 308 era puro arte italiano, obra del famoso estudio Pininfarina. Tenía líneas fluidas y agresivas a la vez, con faros delanteros retráctiles que le daban una mirada felina y una carrocería baja y ancha que gritaba deportividad por todos lados. No es casualidad que se haya convertido en un ícono de diseño automotriz.

Pero no todo era apariencia. El corazón de este Ferrari era un motor V8 de casi tres litros, ubicado en posición central trasera, justo detrás de los asientos. Esto le daba un equilibrio excelente y una conducción muy deportiva. Las primeras versiones tenían alrededor de 240 caballos de fuerza, lo cual para la época era una barbaridad. Más adelante, con la versión GTSi (la de inyección de combustible que te mencioné), la potencia subió un poquito, y luego hubo otra versión llamada Quattrovalvole (cuatro válvulas por cilindro) que era aún más potente, rondando los 255 caballos…Imagínate la sensación de acelerar ese motor y escuchar su rugido.

A pesar de ser un deportivo de “nivel de entrada” para Ferrari, el 308 GTS era un coche de alto rendimiento. Podía alcanzar velocidades máximas cercanas a los 250 kilómetros por hora, lo cual era impresionante para los años 70 y 80. Además, su manejo era ágil y preciso, ideal para carreteras sinuosas o para escapar de los malos en una persecución como las que veíamos en la tele.

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Que fué de la vida de ese 308?

El Ferrari 308 GTS QV de 1984, documentado por Ferrari North America como uno de los autos famosos conducidos por Selleck durante la temporada de rodaje de 1984 – 1985, se vendió por USD181.500 en una subasta organizada por Bonhams en Scottsdale, Arizona, EEUU.

Se cree que había alrededor de cinco 308 en rotación para la serie, destinados a ser utilizados para uno de dos propósitos distintos: tomas de acción y acción ligera/primeros planos, los últimos de los cuales se mantenían en perfectas condiciones. 

Todos los autos utilizados en el programa fueron proporcionados por Ferrari North America. Una vez que un automóvil ya no estaba en servicio, Ferrari lo recuperaba, le daba una nueva pintura y mantenimiento y lo vendía a su “primer” propietario. Debido al estado del Ferrari y al bajo kilometraje, se cree que éste se utilizó para escenas de acción ligera/primeros planos.

Después del rodaje, el libro de garantía muestra que el coche se vendió como demostración y luego se vendió en 1989 con 12.800 millas en el reloj. Desde que compró el 308 en 1989, el propietario y el vendedor mantuvieron minuciosamente el Ferrari, dice Bonhams, sin tener en cuenta el costo, cubriendo menos de 36.000 millas.

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