Sé que soy medio pesado y seguido me pongo nostálgico con los autos viejos. Y sí, obvio que los muscle cars de los 70 eran una locura y los deportivos europeos de los 80 tenían más estilo que cualquier cosa moderna. Pero hay algo más sutil que extrañamos: todas esas tecnologías raras, medio innecesarias pero geniales, que existían en los autos y desaparecieron sin que nadie diga nada.
Acá va un recorrido por esas cosas que teníamos y perdimos, y que sinceramente… algunas deberían volver.

Los asientos giratorios: cuando bajarte del auto era un espectáculo
Imagínate esto: 1959, llegás a un restaurant fancy con tu cita, abrís la puerta del auto y el asiento SE GIRA SOLO para que ella baje como una estrella de cine. Así nomás. Chrysler lanzó esta locura en todos sus modelos ese año y lo vendieron como “por fin tu esposa puede bajarse del auto como una dama.”
El anuncio original decía algo como “simplemente tocá una palanca y el asiento gira. Ella puede entrar o salir en un solo movimiento suave, incluso con una falda ajustada.” Si hoy publican algo así los cancelan en 20 minutos, pero en ese momento era EL argumento de venta.
Lo mejor de todo es que los primeros modelos tenían un cable conectado a la puerta. Abrías la puerta y automáticamente el asiento se giraba hacia afuera. Era como magia mecánica de los 50s. Los tipos de Chrysler se re cebaron y lo ofrecieron en Dodge, Plymouth, DeSoto, Chrysler e Imperial.
Pero acá viene lo delirante: en 1967 sacaron el “Mobile Director” en el Chrysler Imperial. El asiento del acompañante no solo giraba, sino que había una mesita de madera que se desplegaba. La idea era que tu chofer manejara mientras vos cerrabas negocios en el asiento trasero como si fuera una oficina móvil. Costaba $597 dólares de 1967, que ajustado a hoy serían como 5 lucas verdes SOLO por el asiento giratorio.
GM los copió en los 70s y los metió en el Monte Carlo, Chevelle, Cutlass y hasta en el Laguna S3. Los tipos que los tuvieron los aman. Hay un comentario en un foro de uno que dice “eran perfectos para sentarte en un campo escuchando música, tomando una cerveza y boludeando con amigos”. Básicamente convertían tu auto en un living rodante.
¿Por qué desaparecieron? Seguridad, probablemente. Y porque eran un quilombo de mantener. Pero admitámoslo: sería increíble tener esto hoy para bajarte del auto con estilo después de estacionar en un lugar imposible.

Los lavafaros: cuando tu auto se lavaba solo los ojos
Esta es de las tecnologías que TODAVÍA EXISTEN pero están muriendo lento. Los lavafaros eran esos surtidores de agua a presión que salían del paragolpes y te limpiaban los faros. En Europa todavía se ven, especialmente en BMWs y Audis, pero están desapareciendo.
La movida era simple: apretabas el botón del limpiaparabrisas y cada 5-6 lavadas, los lavafaros se activaban automáticamente. Unos eran pop-up que salían del paragolpes como pequeños aspersores, otros eran fijos. La idea era que en invierno, con nieve, barro y porquerías en la ruta, tus faros quedaban hechos mierda y no veías nada. Los lavafaros te los limpiaban sin que tengas que bajarte del auto.
En los 2000s eran obligatorios en Europa si tenías faros de xenón o HID, porque esas luces generan más calor y pueden empañarse. Pero después llegaron los LEDs que no se calientan tanto, y las regulaciones cambiaron. Ahora están desapareciendo porque: uno, son un componente más que se puede romper; dos, gastan líquido limpiaparabrisas como locos; y tres, nadie los extraña hasta que los necesita.
Los tipos en los foros de BMW y Volvo que viven en lugares con mucho invierno LLORAN porque los modelos nuevos no los traen. Uno dice “deberían ser estándar en todos los autos canadienses con toda la sal de carretera que usamos acá en invierno.” Tiene toda la razón.

Las antenas telescópicas gigantes: cuando tu auto tenía una vara de pescar
Acordate de esas antenas cromadas de un metro que tenían todos los autos en los 80s y 90s. Las extendías a mano tirando de ellas, y cuando te olvidabas de bajarlas antes de entrar al lavadero, se doblaban o directamente volaban.
Eran horribles pero necesarias. Sin ellas, la radio sonaba como el orto. Los primeros autos con antenas eléctricas retráctiles eran la posta: apretabas un botón y la antena subía o bajaba automáticamente. Te hacías el poronga total.
Después inventaron las antenas integradas en el vidrio del parabrisas o esas antenas tipo “aleta de tiburón” que tienen los autos modernos. Funcionan, pero son re aburridas. La antena telescópica tenía PRESENCIA. Era como un mástil de barco pirata en tu Renault 12.
Y admitámoslo: había cierto placer en extenderla y retraerla manualmente. Era ritual. Ahora prendes el auto y… ya está. Todo automático, todo aburrido.

Los ceniceros gigantes: cuando fumar en el auto era “obligatorio”
Todos los autos hasta los 90s tenían ceniceros del tamaño de un vaso. Adelante, atrás, en las puertas. Había ceniceros por todos lados. Y no solo eso: tenían encendedores integrados que brillaban al rojo vivo.
Primero, si no tocaste ese anillo rojo brillante para ver si estaba caliente y terminaste con una quemadura que dolió como el infierno, no has vivido.
Obvio que fumar es malísimo y está perfecto que no se promueva, pero los ceniceros eran útiles para MIL cosas: guardar monedas, clips, caramelos, lo que sea. Ahora los autos modernos tienen un huequito pedorro para monedas que no entra nada, o directamente nada.
Lo gracioso es que ahora si querés un cenicero en un auto nuevo, tenés que PAGARLO APARTE como accesorio opcional. Es como pagar extra por tener una rueda de auxilio. Que es exactamente lo que está pasando también…

La rueda de auxilio de tamaño completo: el fin de la tranquilidad
Antes todos los autos venían con una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro. Te pinchaba una goma en la ruta, cambiabas la rueda y seguías viaje como si nada.
Ahora la mayoría trae esa galletita pedorra de emergencia que es más chica, tiene límite de velocidad de 80 km/h y te la tenés que cambiar cuanto antes. Algunos directamente no traen nada, solo un kit de inflado de emergencia que es básicamente un compresor chico y una lata de sellador.
¿Por qué? Porque los fabricantes quieren más espacio en el baúl y menos peso para cumplir con las regulaciones de emisiones. Tu comodidad no importa. Si te pinchás en el medio de la nada, cagaste.

El pasa-cassette: la muerte de las compilaciones
Hubo un tiempo mágico en el que grababas tus cassetes con tus temas favoritos para escuchar en el auto. Tenías tu colección dando vueltas por ahi, abajo de los asientos, en la guantera, o en esos organizadores horribles. Era TU música, TU selección.
Después vinieron los autos con cd”s, MP3, Bluetooth y Spotify, y los reproductores de cassette y de CD desaparecieron. Es más práctico, sí. Pero perdimos algo: el ritual de elegir y ponerlo, y si había una canción que no te gustaba mucho te la tenías que fumar…. no te convenía pasar de tema…era un dolor de huevo. Ahora todo es playlist infinita y scrolleo eterno mientras manejás, lo cual es peligroso y medio deprimente.
Además, tanto los cassettes como los CDs no necesitaban señal de celular ni datos ni nada. Era contenido TUYO que nadie te podía sacar. Ahora si no tenés internet, no tenés música. Evolución, dicen. Regresión, digo yo.

Las manijas de las ventanillas: cuando bajar el vidrio requería cardio
Esta es controversial porque NADIE extraña romperle el brazo a la ruedita para bajar el vidrio. Los vidrios eléctricos son objetivamente mejores en todo sentido.
Pero… había algo satisfactorio en ese mecanismo. Era simple, nunca se rompía (o al menos no tan seguido como los motores eléctricos), y funcionaba aunque el auto estuviera apagado. Si te quedabas sin batería, igual podías bajar las ventanillas.
Los autos más baratos todavía las traen, pero están en extinción. Para 2030 probablemente sean reliquias de museo. Y cuando se te rompa el motor del vidrio eléctrico y te cobren $500 dólares por arreglarlo, vas a extrañar esa manija berreta pero indestructible.

El ventilete: el aire acondicionado del pobre (pero mejor)
Esta es LA tecnología más extrañada de todas. El ventilete era esa ventanita triangular que tenían los autos en las puertas delanteras, justo adelante de la ventana principal. No era solo decoración: se abría con una bisagra y la podías orientar para que el aire te pegue directo en la cara mientras manejabas.
Era genial porque no tenías que bajar toda la ventana para ventilar el auto. Abrías el ventilete unos 45 grados, atrapaba el viento y te lo mandaba directamente. Era como tener un ventilador natural direccional. Perfecto para esos días donde hace calor pero no tanto como para prender el aire acondicionado (si es que tu auto tenía).
Los llamaban “wing windows” o “vent windows” en inglés, y acá en Argentina simplemente “ventiletes”. Todos los autos hasta los 80s los tenían: Falcon, Fitito, Torino, Renault 12, lo que sea. Era estándar.
¿Por qué desaparecieron? Bueno, acá hay varias teorías:
La oficial: Cuando el aire acondicionado se volvió estándar en todos los autos, los ventiletes ya no eran necesarios. Además, arruinaban la aerodinámica del auto. Tener esa ventana perpendicular a la carrocería era como ponerle una caja de pizza en la puerta, según los ingenieros. Destruía completamente el flujo de aire que tanto trabajo les costaba optimizar. Y resulta que es más eficiente en combustible tener el aire acondicionado prendido con las ventanas cerradas que andar con las ventanas abiertas a alta velocidad.
La teoría del robo: Mucha gente dice que desaparecieron porque facilitaban mucho el robo de autos. Con un buen empujón desde afuera, el ventilete se abría, metías el brazo y destrabas la puerta desde adentro. Demasiado fácil. Varios tipos admiten haber usado esta técnica “en su juventud” (ejem).
La teoría de los bichos: Otra explicación es que los ventiletes no solo dejaban entrar aire fresco sino también cada bicho volador en un radio de 5 kilómetros. Abejas, avispas, mosquitos, todo. Había demasiados accidentes por gente que se ponía a manotear bichos en vez de mirar la ruta.
Lo más frustrante es que MUCHOS autos modernos todavía tienen esa ventana triangular en el mismo lugar… pero es FIJA. No se abre. Es solo un pedazo de vidrio ahí tirado, ocupando espacio y sin hacer nada. Mirá un Toyota Yaris o un Honda Civic: tienen el vidrio triangular perfecto, en la posición ideal, y está completamente sellado. ¿Por qué? Nadie lo sabe. Es puro diseño estético sin función.
Había versiones de lujo que eran eléctricas. Los Lincoln de fines de los 70s y los 80s tenían ventiletes que se retraían automáticamente en la puerta, como una ventana normal, antes de que baje la ventana principal. El Toyota Century tenía ventiletes eléctricos adelante Y atrás que se abrían con un botón. Era vivir como un rey.
El ventilete era ese tipo de tecnología simple, barata, que funcionaba perfecto y todo el mundo la usaba. No necesitaba electricidad, no se rompía (bueno, las bisagras a veces sí), y te salvaba en verano. Ahora tenés que prender el aire acondicionado hasta para ventilar un toque el auto.
Es progreso, dicen.



