Si te decimos “el auto más robado de Argentina”, probablemente pensás en una Hilux reluciente, una Amarok recién salida del concesionario, o quizás alguna SUV importada que vale un departamento en Palermo. Pero no. El campeón indiscutido, año tras año, es un veterano de chapa que dejó de fabricarse cuando Maradona todavía jugaba en Boca: el Fiat 147.

Sí, leíste bien. Un auto que se fabricó entre 1976 y 1996, que tiene la aerodinámica de un ladrillo y cuyo “sistema de seguridad” es un alambre de fardo, sigue liderando las estadísticas de robo en Argentina. Y la historia detrás de esto es mucho más retorcida y fascinante de lo que imaginás.

Las Estadísticas que No Mienten (Pero Que Engañan)

Cada año, cuando salen los números oficiales del Registro Nacional de la Propiedad del Automotor (DNRPA), el Fiat 147 aparece en el podio de los más robados. A veces primero, a veces segundo o tercero, pero siempre ahí. Y la reacción de la gente siempre es la misma: “¿En serio? ¿Quién carajo quiere robar un 147?”

Buena pregunta. Vamos por partes.

Los números crudos (2024):

  • Fiat 147: ~2.800 denuncias de robo
  • Volkswagen Gol: ~2.400 denuncias
  • Renault 12: ~1.900 denuncias
  • Peugeot 504: ~1.600 denuncias
  • Fiat Duna: ~1.500 denuncias

¿Notaste algo? Los cinco autos más robados son todos modelos discontinuados hace décadas. Ninguna pickup moderna. Ninguna SUV. Solo fierros viejos que valen menos que un iPhone.

La Trampa de las Estadísticas

Acá viene el primer twist: el Fiat 147 no es técnicamente el auto “más robado”, es el auto “más denunciado como robado”. Y esa diferencia es clave.

El tema es que en Argentina circulan todavía más de 500.000 Fiat 147 patentados. Es una bestialidad. Ningún otro modelo tiene esos números. La Hilux, el auto más vendido actualmente, tiene unas 300.000 unidades en total en el país sumando todas las generaciones.

Entonces, cuando hacés la cuenta per cápita, el 147 no es el más robado. De hecho, el porcentaje de 147 robados versus el total en circulación es del 0.56% anual. Una Hilux tiene un 1.8% de probabilidad de ser robada. Tres veces más.

Pero como hay tantos 147 dando vueltas, en números absolutos, siempre ganan.

auto mas robado argentina

Entonces… ¿Por Qué los Roban?

Ahora sí, la pregunta del millón: si el 147 vale dos mangos, ¿para qué se lo roban?

1. El Desarmadero Eterno

El 147 es el Lego del mundo automotor argentino. Cada pieza se vende. El motor 1.3 (el “trece bendito”) es un bloque indestructible que se usa en todo: preparaciones, karting, autos de picadas, tractores caseros, grupos electrógenos. Un motor 147 en buen estado se vende entre $400.000 y $600.000 en el mercado paralelo.

La caja de cambios, igual. Las butacas, los paneles de puerta, hasta los vidrios se venden. Un 147 robado se desarma en 45 minutos y se vende en partes por el doble de lo que vale entero.

2. El Auto Fantasma

El 147 es tan común que pasa desapercibido. Es invisible. Si ves uno en la calle, ni lo mirás. Podría estar manejado por tu abuela o por alguien que lo acaba de robar, y jamás lo sabrías.

Esto lo hace perfecto para “quemarlos” (usarlos en otros delitos). Lo usan para robar, para transportar cosas ilegales, lo abandonan y listo. Nadie sospecha de un 147 despintado. Es el disfraz perfecto.

3. La Llave que Abre Todas las Puertas

Acá viene la parte técnica que te va a volar la cabeza: el 147 se puede abrir literalmente con un destornillador plano y arrancar con otro.

No es joda. El sistema de traba del volante es una broma. La cerradura de la puerta es tan genérica que hay relatos de gente que por error abrió el 147 del vecino con su propia llave. El contacto se puede forzar con un destornillador en 10 segundos. No hace falta ni “puentear” cables.

Un chorro profesional puede estar manejando tu 147 en menos de 30 segundos desde que se paró al lado.

4. Cero Tecnología = Cero Problemas

El 147 no tiene:

  • Alarma de fábrica
  • Inmovilizador
  • Cierre centralizado
  • GPS
  • Nada electrónico que pueda trackear o bloquear el auto

Es pura mecánica analógica de los ’70. Para un chorro moderno acostumbrado a lidiar con inmovilizadores encriptados y alarmas satelitales, robar un 147 es como volver a jardín de infantes.

Las Historias que Nadie Cuenta

El Caso del 147 Eterno

En 2019, en La Matanza, recuperaron un Fiat 147 que había sido robado 17 veces. Sí, 17. El mismo auto. Lo robaban, lo recuperaban, el dueño lo arreglaba, lo volvían a robar. Al final el tipo lo vendió por monedas porque no daba más.

El auto tenía marcas de 8 cerraduras distintas que le habían puesto a lo largo de los años. La última vez que lo recuperaron, el dueño directamente dejó el contacto puesto con una nota que decía: “Si lo querés tanto, llevátelo, pero devolvemelo después”.

La Leyenda Urbana del “147 Blindado”

Circula en foros de autos una historia medio mítica de un tipo de Quilmes que, harto de que le robaran el 147, le instaló un sistema de “defensa activa”. Básicamente, un botón escondido que cortaba la bomba de nafta a los 200 metros de encendido.

La idea era que el chorro arrancara, doblara la esquina, y el auto se muriera. El tipo se quedaba mirando por la ventana, esperaba que el chorro se fuera puteando a pie, y después iba caminando a buscar su 147 a tres cuadras.

Se supone que le funcionó dos veces antes de que le advirtieran que técnicamente eso era una trampa ilegal y que si el chorro se accidentaba por eso, él era responsable. Desactivó el sistema. Le robaron el auto a la semana siguiente.

¿Y las Hilux? ¿Por Qué No Son las Más Robadas?

Porque robar una Hilux moderna es un quilombo:

  1. Inmovilizador encriptado: La llave tiene un chip. Sin él, el auto no arranca.
  2. Alarma de fábrica: Conectada al seguro.
  3. GPS opcional: Muchas tienen.
  4. Valor de reventa: Una Hilux robada es muy quilombera de vender porque todo el mundo pregunta por los papeles.

Pero sí se roban. La diferencia es que cuando roban una Hilux, generalmente va a:

  • Container al exterior (Paraguay, Bolivia)
  • Desarmadero profesional para vender piezas
  • “Lavado” de VIN para repatentarla trucha

No la usan para delinquir en el barrio como al 147.


Cómo NO Ser Parte de la Estadística

Si tenés un 147 (o cualquier fierro viejo), acá van los consejos de supervivencia:

1. La Traba de Volante Visible

No importa que sea berreta. Lo importante es que se vea desde afuera. El chorro va a preferir el 147 de al lado que no tiene nada.

2. Corta-corriente Oculto

Un simple interruptor escondido que corte la bomba de nafta o la bobina. Cuesta $3.000, lo instalás vos en 15 minutos, y hace que el auto no arranque aunque tengan las llaves.

3. Estacioná Mirando a la Pared

Si el chorro tiene que hacer 15 maniobras para sacar el auto, va a buscar otro.

4. Sacá la Tapa del Distribuidor

Clásico de los ’90. Llevátela en la mochila. Sin tapa, el auto no arranca.

5. Traba de Pedales

Esas barras que unen el volante con el pedal. Son un bodrio para usar, pero funcionan.

6. No Dejes Nada de Valor Adentro

Si van a romper el vidrio igual, al menos que no se lleven tu campera de cuero y el equipo de música.


El Futuro del 147: ¿Cuándo Va a Dejar de Ser el Más Robado?

La respuesta corta: nunca.

Mientras sigan circulando cientos de miles de unidades, van a seguir robándose. Es simple estadística. Lo que sí va a pasar es que, eventualmente, la cantidad en circulación va a bajar porque:

  1. Se destruyen en accidentes
  2. Se convierten en chatarra
  3. Los dueños se cansan y los venden

Pero eso va a llevar décadas. El 147 es un auto que no se muere. Hay unidades de 1978 que siguen rodando todos los días. El fierro puede estar hecho mierda, pero el motor no para.

Hay una frase en el mundo de los fierros: “El 147 no se arregla, se parcha”. Y es verdad. Mientras haya repuestos (y los hay, porque los fabrican en el fondo de talleres de todo el país), el 147 va a seguir vivo.


La Ironía Final

Lo más gracioso de todo esto es que el Fiat 147 terminó siendo un auto de culto sin quererlo. Los jóvenes de 20 años lo están comprando, restaurando, preparando. Hay encuentros de 147, competencias de picadas, grupos de Facebook con miles de miembros.

Un auto que en su momento era “el auto del pueblo”, el más básico y barato que podías comprar, ahora es un símbolo de resistencia. No porque sea bueno (que no lo es), sino porque simplemente no se rinde.

Y mientras tanto, los chorros también lo aman. Por razones distintas, pero lo aman.

Así que ahí lo tenés: el Fiat 147, el auto más robado, más odiado, más amado y más indestructible de Argentina. Una leyenda sobre cuatro ruedas oxidadas que, te guste o no, va a estar en las estadísticas de robo durante los próximos 20 años mínimo.

Y si tenés uno, cuidalo. O no. Total, si te lo roban, seguro aparece.

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