La industria automotriz ha estado atenta a los movimientos de Stellantis, y en particular, a la evolución de sus propulsores de baja cilindrada tras las controversias que rodearon al motor 1.2 PureTech. 

El nuevo motor naftero de tres cilindros, que ahora impulsa una vasta gama de modelos del grupo, fue concebido no solo como un reemplazo, sino como una respuesta directa a los desafíos de fiabilidad de su predecesor. Este nuevo diseño no es una mera actualización; representa una revisión profunda, incorporando un asombroso 70% de piezas completamente nuevas. Esta cifra subraya el compromiso de Stellantis por corregir deficiencias pasadas y establecer un nuevo estándar de durabilidad.

La diferencia más crucial y esperada radica en el sistema de distribución. Mientras que el 1.2 PureTech se hizo tristemente célebre por su correa de distribución sumergida en aceite, que con el tiempo podía degradarse, desintegrarse y provocar fallos catastróficos al obstruir el circuito de lubricación, el nuevo motor apuesta por una cadena de distribución

La denominación de fábrica es la EDB2 y sus sub variantes. Podés chequear por tu cuenta si tu auto tiene en la cédula verde/azul esas características.

Este cambio es fundamental: las cadenas son inherentemente más robustas, tienen una vida útil significativamente más larga y son menos susceptibles a los problemas derivados de la calidad del aceite o los intervalos de servicio. Este retorno a una tecnología probada es un claro indicio de la prioridad de la fiabilidad. Además, en un intento por marcar un antes y un después, Stellantis decidió desechar por completo el apelativoPureTech” para esta nueva generación, buscando una disociación simbólica de los problemas asociados al nombre anterior y restaurar la confianza del consumidor.

Sin embargo, a pesar de estas mejoras fundamentales y el ambicioso rediseño, el camino hacia una fiabilidad impecable nunca es sencillo. Recientemente, Stellantis se ha visto en la necesidad de lanzar una masiva llamada a revisión que afecta a más de 200,000 vehículos solo en Francia, fabricados entre 2023 y 2025. El problema identificado en esta ocasión no está relacionado con el sistema de distribución, sino con un par de apriete insuficiente en ciertas tuercas de la tubería de alta presión que conecta la bomba de alta presión con el raíl de inyección de combustible

En total, en Francia, este retiro afecta a ocho marcas en proporciones muy variadas:

  • 149.157 Peugeot
  • 54.803 Citroën
  • 15.263 Opel
  • 7.184 Fiat
  • 5.932 DS
  • 3.167 Jeeps
  • 2.108 Alfa Romeos
  • 378 Lancia

Esta deficiencia, aunque de baja probabilidad, podría resultar en una fuga de combustible y, en el peor de los escenarios, presentar un riesgo de incendio. Los propietarios podrían percibir síntomas como un olor a combustible, un consumo inusual o la activación de una luz de advertencia en el tablero, lo que les indicaría la necesidad de contactar al service oficial.

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