En el competitivo y tradicionalista mercado argentino de pick-ups, donde nombres como Hilux, Ranger y Amarok resuenan con fuerza en cada rincón productivo del país, la irrupción de nuevos jugadores siempre genera una mezcla de curiosidad y escepticismo. Hacia mediados de este 2025, la Maxus T90 es uno de esos nombres que busca hacerse un espacio, trayendo consigo la herencia de una marca con raíces británicas (LDV) pero ahora bajo el paraguas del gigante automotriz chino SAIC Motor, que ha impulsado su expansión global.
Su llegada a Argentina, anticipada durante los últimos años, representa una apuesta considerable en un segmento que no solo valora la robustez y la capacidad de carga, sino también la confianza y el respaldo postventa a lo largo y ancho de nuestra geografía.

La Maxus T90 se presenta como una pick-up mediana que no escatima en intenciones visuales, con un diseño exterior que busca destacar a través de una parrilla frontal imponente y líneas modernas que transmiten una sensación de solidez y sofisticación, alejándose de estéticas más conservadoras.
Sus características mecánicas suelen girar en torno a motorizaciones diésel eficientes y potentes. Internacionalmente, es común encontrarla con un propulsor de 2.0 litros turbodiésel, y en algunas configuraciones, una variante biturbo (que es la que se ofrece aquí) que eleva la potencia por encima de los 210 caballos y entrega un torque cercano a los 500 Nm, cifras que la pondrían a la par de las versiones tope de gama de sus rivales más consolidadas.
Estas motorizaciones se acoplan, según versión y mercado, a transmisiones manuales o automáticas, con la indispensable opción de tracción 4×4 con reductora, un requisito casi obligatorio para el campo argentino y para aquellos que buscan aventurarse fuera del asfalto.

Interiormente, la T90 intenta ofrecer una cabina contemporánea, con un diseño que sigue las tendencias actuales y un nivel de equipamiento que, especialmente en las versiones más altas, busca ser uno de sus diferenciales. Se pueden esperar sistemas de infoentretenimiento con pantallas táctiles de generosas dimensiones, conectividad con smartphones, y en algunos casos, un paquete interesante de asistencias a la conducción (ADAS), que incluye elementos como el frenado autónomo de emergencia o la alerta de cambio de carril. La calidad de los materiales y ensambles busca estar a la altura de un segmento cada vez más exigente, donde las pick-ups han dejado de ser solo vehículos de trabajo para convertirse también en opciones familiares y de ocio.
Al analizar sus puntos fuertes, la Maxus T90 podría ofrecer una atractiva relación precio-equipamiento en el mercado argentino, posicionándose como una alternativa interesante para quienes buscan tecnología y un diseño moderno sin alcanzar los valores más elevados de las marcas tradicionales. Si llega con sus motorizaciones más potentes, su performance también podría ser un argumento de peso. Además, el respaldo de un grupo importador con experiencia en el país, como se ha mencionado en las etapas previas a su lanzamiento, podría facilitar su introducción.

Claro, hablar del equipamiento de la Maxus T90 implica considerar que, como en la mayoría de las pick-ups modernas, este varía significativamente según la versión que se elija, desde las más orientadas al trabajo hasta las tope de gama pensadas para un uso mixto y con mayor carga tecnológica. Dado que su inserción en el mercado argentino es relativamente reciente (estamos en mayo de 2025), los detalles exactos y la configuración de cada versión para Argentina dependen de la estrategia final del importador, pero basándonos en lo que Maxus suele ofrecer internacionalmente con la T90 y lo que el segmento demanda, podemos perfilar su equipamiento.
En el exterior, las versiones más equipadas de la Maxus T90 suelen destacar por una estética imponente con iluminación Full LED, incluyendo faros delanteros, luces diurnas (DRL) y faros traseros. Las llantas de aleación son estándar, variando su diseño y tamaño (pudiendo ser de 17 o 18 pulgadas). Elementos como los espejos exteriores con ajuste eléctrico, calefacción y luz de giro incorporada, así como los estribos laterales, suelen estar presentes. Las barras de techo o una barra de San Antonio de estilo deportivo y un cobertor para la caja de carga también son comunes en las variantes más completas, al igual que los sensores de estacionamiento delanteros y traseros, complementados por una cámara de retroceso o incluso un sistema de visión 360 grados en las tope de gama.
Pasando al interior y confort, la Maxus T90 busca ofrecer una cabina moderna y bien dotada. Los tapizados pueden variar desde tela resistente en las versiones de entrada hasta cuero o ecocuero en las más sofisticadas. Es común encontrar asientos con ajuste eléctrico para el conductor (y a veces para el acompañante) y asientos delanteros calefaccionados. El volante multifunción, usualmente forrado en cuero, permite controlar diversas funciones sin quitar las manos de él. El climatizador automático (posiblemente bizona en las versiones superiores) y los levantavidrios eléctricos en todas las puertas son equipamiento esperado. El control de velocidad crucero es un estándar, pudiendo ser adaptativo en las versiones con ADAS. El acceso sin llave y arranque por botón (Keyless entry & go) también forma parte del paquete en las variantes más altas.
En cuanto a infoentretenimiento y conectividad, la T90 suele incorporar una pantalla táctil central de generosas dimensiones, que puede ir desde las 10 hasta las 12 pulgadas, con sistemas compatibles con Apple CarPlay y Android Auto, permitiendo una fácil integración con smartphones. La navegación GPS integrada o mediante aplicaciones, múltiples puertos USB (incluyendo para las plazas traseras) y conectividad Bluetooth son esenciales. Algunas versiones pueden ofrecer un cuadro de instrumentos parcialmente digital o completamente digital y un sistema de sonido mejorado con más parlantes.
La seguridad es un apartado crucial. Se espera que la Maxus T90 cumpla con los estándares del segmento, ofreciendo de base múltiples airbags (frontales, laterales y de cortina, sumando al menos 6 en las versiones bien equipadas), frenos ABS con distribución electrónica de frenado (EBD) y asistente de frenado de emergencia (BA). El control de estabilidad (ESP) y el control de tracción (TCS) son fundamentales y deberían estar presentes en toda la gama. Asistente de arranque en pendientes (HLA), control de descenso (HDC) y anclajes ISOFIX para sillas infantiles también son características esperables. Las versiones tope de gama de la T90 suelen incluir un paquete de asistencias avanzadas a la conducción (ADAS), que puede abarcar frenado autónomo de emergencia, alerta de colisión frontal, control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, alerta de punto ciego y alerta de tráfico cruzado trasero.
Finalmente, en el apartado mecánico y off-road, además de la tracción 4×4 con reductora, es posible encontrar en algunas versiones un bloqueo de diferencial trasero, un elemento muy valorado para un desempeño superior fuera del asfalto.

Sin embargo, los desafíos no son menores. La principal contra radica en la construcción de confianza y en el valor de reventa, aspectos donde las marcas establecidas tienen una ventaja considerable. La capilaridad y eficiencia de la red de concesionarios y talleres oficiales será crucial para su éxito a largo plazo, especialmente fuera de los grandes centros urbanos. La durabilidad y fiabilidad en las exigentes condiciones de uso argentinas es algo que solo el tiempo y la experiencia de los usuarios podrán validar. Además, la competencia es feroz, con varias rivales que no solo tienen una larga trayectoria, sino también producción local, lo que les otorga ciertas ventajas en términos de disponibilidad y, a veces, de costos.